jueves, 28 de noviembre de 2024

El "click"

  Trae la brisa, el perfume de las glicinas que acuna el sueño en la semi oscuridad de la pieza. La cortina de seda blanca se deja mecer y mansamente danza. La noche se saco el manto para que la luna se mire coqueteando en el agua, que la fuente del patio le ha ofrecido. Ya todos, despaciosamente, se entregan al sueño que callado y sereno, nos transporta al mundo mágico de lo bello y lo trágico, de la risa plena, de la lastimera lágrima. 
 
  Soñar con qué, no sabemos, eso es un misterio que el alma se niega a develar; es el mundo en el que a veces quisiéramos abandonar y otras, aferrarnos para nunca despertar. Cuántas veces al cerrar los ojos deseamos que el sueño nos transporte en ese viaje, donde todo es casi perfecto. Donde parecemos de gestos y actitudes verdaderas, y somos capaces de sentir el viento, el perfume, tocar el amor con la yema de los dedos y cuando casi nos aferramos, el "click"
  El "click" nos devuelve en un instante a otra realidad, la más cercana, la que llevamos en la piel, la que se hizo carne; aquella que el espejo nos refleja. Pura realidad.
  Soñar, despertar, da igual. No existe una sin la otra, y aunque no sepamos el instante, el soñar vendrá; la tragedia y el temor se desvanecerán como humo en el viento en cuanto el "click", corra el velo de la verdad y lo irreal.

Por: Nelly Esther Fiasque



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